lunes, 24 de noviembre de 2014

Sería en mi suenho



                                   
                                                               Sería en mi suenho


     El día comenzó a una temperatura que nadie imaginó, a la temperatura que arde el papel. Con el paso de la manhana la madera y los árboles sucumbieron al fuego, que progresando alcanzó antes del mediodía a la roca y al metal, para fundir todo en una única masa de lava naciente.
      Todavía no se había llegado al Sol, pues aún distaba bastante. Yo lo vi tapado por una sábana y una manta de primavera, pero sería allá por finales del invierno cuando la Tierra perdió su orbita, aun antes de yo tocar la locura, dentro de un suenho de lana.

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