miércoles, 19 de noviembre de 2014

Titánico tijeretazo dado al Rey




             !Un Estado sin Rey, y tijeretazo dado al Rey y estableado Èl, viva la gente!



Porque, cuánto será lo que se tragan los angelitos con yates y palacios, comilonas y etc, estos, los reyes y la estructura que sostiene eso, se tienen que gastar un pastón, vamos que se gastan un buen pedazo de los presupuestos del Estado. Les podíamos dar una Renta Mínima de un anho para ellos y el séquito, o bueno de dos, ya que ellos no están acostumbrados a currar. Menudas salas para conciertos haríamos en el Palacio Real -el nombre ni se cambia, queda de recuerdo alegórico-, !ah! y con la Moncloa un centro de investigación para energías limpias y renovables, con lo que gana el 'presi' todavía le da para un apartamento de lujo enfrente del Congreso. Ahí está el despilfarro y no en "subvencionar" salud, cultura y educación. La tijera se afila y se acciona sobre las lentejuelas y en el salón de baile, si se piensa un poco, pero no ha sido el caso, vino un ciclón económico arrasador, cíclico, y no dio para pensar mucho.

        Hemos parecido un filme satírico llevado a la escena real,  calcamos al Titanic en toda la trama, en cada escena, que naufragando como estábamos, los necios burgueses, Estado y Gobierno, banca y retaguardia, con el agua al cuello, y de puntillas buscaban los diamantes a sus pies en el fondo, viendo flotar las ratas en sus narices y el barco situado de punta, enfilado y listos para "mergulhar", un dos tres; decía que nos parecíamos más al Titanic, que a un País en llamas, a una aldea quemándose los techos de paja de la población, héramos un país queriendo trabajar para no perder el estatus pudiente -casi adquirido-, que pintaba el brillante neoliberalismo, con trazos dalinianos, perdiendo y volatilizándose lo que creía tener el pueblo, la masa al dente, de lo que era un simple suenho perecedero proyectado, la masa se pasó del punto. 


       La gente, la masa polupar, parecíamos ridículos siendo condescendientes con todo, sumisos, mansos gansos gritando !quince eme! !quince eme! , correteando de acá para la y la ropa, ardiendo detrás, entonando todos la Canción del Pirata  y con todo el orgullo del que presiente el final de todo. Toreros en la sala de la corte ante la suerte plantá como única solución, bailaor y tacón. Un lío de cuadro de populacho heterogéneo mitad camuflaje mitad circense, con todos los trazos goyescos y ridículos a más no poder.

 Pensante, por el desgaste del hambre, yo me olvidé desde mi calle. desde mi rua", desde mi marginalidad aduenhada, veía correr de ciclo, con esa perspectiva, de la distancia que me separa de la realidad de los demás seres civilizados, y claro olvidaba, yo no soy quien para juzgarlo, soy un reo, proscrito por el mismo Rey, el claudicado y el que tiene mucho gancho, de carisma cortés, de perfil honrado y justo, y quién soy yo para juzgar? que estoy con el miedo al cuello, de Paz sin voz que no es Paz sino miedo, cuidando un poco de mi vara, de mi palabra errada para que no hiera. !La voz de los sin crédito sin voz? Preguntaba y afirmaba en este teclado luso, prestado, yo que vivo de la caridad en la cuerda del destino incierto, y que, además no quiere caridad, quisiera un Estado competente y comprometido, que se siente moneda de trueque, calderilla y chatarra, del que alguien sacará un provecho menos él mismo, que hasta de hablar y escribir siente miedo, no está libre del estado de los estados implicados.

-No manches!, en Tijuana te sacaba tres costales de falopa por el precio de dos.
-No mames! Eso era de cuando el Cartel 'no cagues' entró, ahora desde que estamos con 'no hables' no hay bisnes para nadie.
-Esta certo o português, não tem mais negocio pra ninguém. yo pensaba...
-Tú no tienes que pensar, eso es sólo para los grandes.



       

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